Eres lo que haces, ni más ni menos
“Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito.” –Aristóteles-
En la realidad, existen dos tipos de personas: aquellos que aparentan y aquellos que son. Sin embargo, con el tiempo, solo permanecen aquellos que son auténticos. El tiempo siempre revela la verdadera naturaleza de las personas, ya que al final, estas se reflejan en sus acciones. Por ejemplo, algunas personas compran ropa para impresionar, mientras que otras invierten en recursos que las ayuden a alcanzar sus metas, como libros, equipos, herramientas, entre otros. Los verdaderamente exitosos no necesitan aparentar, ya que sus logros hablan por sí solos.
Cuando se trata de cumplir, existen aquellos que simplemente pasan los años y aquellos que cumplen sus sueños. Mientras unos se limitan a decir lo que son, otros se esfuerzan por convertirse en lo que desean ser. Es hora de despertar del sueño y poner manos a la obra, tal como nos insta Romanos 13:11: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.”
Desde el momento en que abres los ojos cada mañana, estás viviendo los resultados de aquellos que decidieron perseguir sus sueños. Por lo tanto, es crucial prestar atención a tus acciones diarias, ya que estas definen quién eres. Te animo a adoptar los hábitos de aquellos que han tenido éxito, y verás que tú también puedes lograr resultados significativos.
Recuerda siempre que Cristo te ama profundamente.