El Poder de la Reflexión
A decir verdad, aún estoy aprendiendo sobre este tema: reflexionar. He llegado a comprender el gran poder que tiene dedicar tiempo a la reflexión; es una ley fundamental del crecimiento. Por mi personalidad colérica, se me hace difícil detenerme a reflexionar, pero he entendido que es tanto beneficioso como necesario para mi desarrollo personal.
Para ilustrar mejor la importancia de detenerse y reflexionar, te contaré esta historia:
“Un joven y un hombre mayor estaban compitiendo para ver quién podía talar más árboles. El joven trabajaba sin descanso, talando árbol tras árbol sin detenerse. Por su parte, el hombre mayor también talaba, pero hacía pausas frecuentes. Al final de la competencia, el joven, seguro de su victoria, se sorprendió al ver que el hombre mayor había talado el doble de árboles. Confundido, le preguntó: ‘¿Cómo ganó si yo trabajé sin parar y usted se tomaba descansos?’ A lo que el hombre mayor respondió: ‘En mis descansos, afilaba el hacha.’”
Eso es lo que logra detenerse y reflexionar: afila tu dirección y asegura que tus acciones estén alineadas con tus metas.
Como dice John Maxwell, “aprender a hacer una pausa permite que el crecimiento te alcance”. Reflexionar convierte la experiencia en perspicacia, lo que lleva a Maxwell a afirmar: “La experiencia evaluada es la mejor maestra que puedes tener.” En el proceso de reflexión, enseñanza y experiencia se unen en uno solo.
Tómate el tiempo de sentarte y analizar… la persona que más puede beneficiarse de esto eres tú. Dios habla en la reflexión y muestra su poder en la acción. Escucha su guía y ejecuta su voluntad. Invierte en ti.