Cuidado con el Lado Oscuro
En Septiembre del 2017 vi la historia de un joven japonés que vivía una vida desordenada. Era perezoso, reprobaba en sus estudios, y dependía del dinero que le enviaba su hermana. A menudo hacía apuestas que siempre perdía, y para liberar su frustración, dañaba autos de lujo, como los Mercedes, quitándoles la hebilla y reventando las llantas. Un día, tras perder otra apuesta, decide desahogar su ira, pero se encuentra con alguien que lo estaba esperando. Este encuentro lo lleva a participar en un juego que lo enfrenta con las peores facetas de la naturaleza humana, y pronto se da cuenta de que sus decisiones lo han llevado a esa situación. Este momento marca su despertar.
Lo más impactante de la historia es cómo una persona puede deteriorarse rápidamente debido a las malas influencias y lo difícil que es restaurarse después. Los ambientes en los que nos movemos tienen un gran impacto en nuestras decisiones y en nuestro destino. Como dice 1 Corintios 15:33, “No se dejen engañar: ‘Las malas compañías corrompen las buenas costumbres‘”. Es fácil convencernos de que algunas amistades no tienen impacto negativo, pero si esas relaciones frenan tus sueños o metas, has sido engañado.
La Biblia advierte sobre quienes causan divisiones o van en contra de lo que es bueno: “Cuídense de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos” -Romanos 16:17. Además, nos enseña que el que teme al Señor aborrece el mal, la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso (Proverbios 8:13). Estas enseñanzas no buscan llevarnos al aislamiento, sino a proteger nuestro propósito y nuestra paz interior.
Debemos someterlo todo a prueba y aferrarnos a lo bueno, evitando lo que nos aleje del bien (1 Tesalonicenses 5:21-22). Aun en medio de la corrupción o la negatividad de nuestro entorno, el llamado es claro: “Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no sólo entre ustedes sino a todos” -1 Tesalonicenses 5:15.
No permitas que el mal te arrastre. Romanos 12:21 lo resume perfectamente: “No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien”. Cada día enfrentamos decisiones que nos pueden acercar a la oscuridad o al progreso. Es nuestra responsabilidad estar alerta y elegir el camino correcto, por nosotros mismos y por aquellos que nos siguen.