Historia que Crean Paradigmas

En una de sus conferencias, Yokoi Kenji, el colombiano-japonés, relata la siguiente historia: “Una niña quería saber cómo nacen los bebés, entonces se dirige a su padre, quien rápidamente la envía con su madre. Cuando la niña llega donde su madre, le hace la pregunta: ¿cómo nacen los bebés? La madre, con gran imaginación, le responde que los bebés nacen de una flor…” La historia es graciosa, pero tiene un mensaje fuerte sobre los paradigmas que aceptamos y seguimos manteniendo.

Los paradigmas se forman a partir de historias relatadas por personas, la cultura, la religión o diversas experiencias. Lo lamentable es que nos convertimos en personas llenas de paradigmas y, como consecuencia, limitamos nuestro potencial, estancamos nuestro desarrollo y, en otras palabras, no avanzamos. Sin embargo, el responsable de tu situación, ya sea buena o mala, eres tú.

“El camino para llegar a nuestros sueños es también una lucha interna con los miedos, prejuicios y paradigmas que hemos adquirido, una lucha que solo nosotros podemos ganar” –Eduardo Alighieri-. Lo cierto de esta frase es que solo tú puedes pelear esa batalla; nadie más puede luchar contra lo que tienes en tu mente. Lo que albergas en tu mente es lo que proyectas en tu vida, porque es cómo ves y visualizas la realidad.

Muchos son liberados de su esclavitud, pero los mismos paradigmas los hacen repetir las mismas experiencias. Esto le sucedió al pueblo de Israel: aunque fueron liberados de Egipto, seguían pensando como esclavos. Por ello, tuvo que morir esa generación para que naciera una nueva, libre de esos paradigmas. Así, cuando rompes tus paradigmas, es como volver a nacer, porque comienzas a vivir nuevas experiencias y recorres un camino nuevo. Entonces, verás cómo Dios te muestra la dirección, porque al romper ese paradigma, te abres y recibes las señales que Él te da.

¿Quieres vivir de cuentos o de éxitos? La respuesta que des será la que determine el camino que recorrerás. Te sugiero que rompas esos paradigmas que te limitan y te mantienen prisionero.

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